domingo, 23 de septiembre de 2007

PILLADO

Te puedes pasar tambien por la otra pagina que tengo la encontraras por ahi abajo

sábado, 22 de septiembre de 2007

MAS PARTICIPAR

Quien haga comentarios que de mas pistas pues yo no soy adivino .A y que aporte fotos

viernes, 7 de septiembre de 2007

NUEVA DIRECCION DE SAN MARTIN DE TABARA

He creado una nueva pagina de internet de SAN MARTIN DE TABARA esta es la direccion http://groups.msn.com/SANMARTINDETABARA Tanto aqui como alli podeis agregar lo que querais.

martes, 4 de septiembre de 2007

COMO HACER COMENTARIOS EN EL BLOG

Para hacer comentarios se pincha en comentarios despues salen un par de mensages le das a "aceptar" .Cuando sale la pagina de comentarios lo escribes y para publicarlo picas en anonimo y asi no te tienes que registrar.

lunes, 3 de septiembre de 2007

SAN MARTIN DE TABARA


Los primeros datos que se tienen de San Martin de Tabara están relacionados con el señorío de Tábara, al que perteneció hasta 1811, en el que fueron abolidos los fueros de los señoríos por las Cortes de Cádiz. Una de las peculiaridades de este pueblo es la existencia de un libro conocido como 'El Becerro', el cual se inicia en el año 1771, recogiendo datos relacionados con el pueblo, de las tierras que cultivaba cada vecino y las rentas y foros que debía pagar.

sábado, 1 de septiembre de 2007

NACIDO EN SAN MARTIN EN ROMA

RAMON LUCAS LUCAS .Nacido en San Martin de Tabara.Podeis ver su pagina picando en el enlace y su curriculum que no veas es mas largo que todos juntos los del resto del pueblo.Me imagino que todos sabeis quien es .http://http://www.unigre.it/pug/professori/lucas/id65.htm o sino la pagina y buscar
http://www.unigre.it/pug/professori/lucas/default.htm

BEATO DE TABARA

TABARA (Iniciativa ganadera y empresarial en el mundo rural): De puro natural
7 de Diciembre de 2001
UNA FAMILIA DE SAN MARTÍN ABRE LA PRIMERA FÁBRICA DE QUESO DE CABRA EN LA ZONA
A sus cuarenta y cinco años, Santiago León Lucas pasa por ser uno de los cabreros más veteranos de la zona. Desde hace veinte años es propietario de una explotación en San Martín de Tábara, que en la actualidad alcanza las trescientas madres, con una producción anual de 120.000 litros de leche. Con esa base y una vieja ilusión alimentada a lo largo de los años, Santiago se embarcó junto a su familia en el proyecto de construcción de una fábrica de queso de cabra, montada con las más modernas tecnologías pero concebida al más puro estilo artesanal.Toda la familia aporta su granito de arena en una iniciativa en la que «prima la calidad sobre la cantidad» y se desarrolla en un ciclo cerrado donde todo el producto es natural, desde que se ordeñan las cabras de la explotación hasta que el queso sale de la fábrica. «Para elaborar con leche cruda hay que tener una ganadería saneada. Nosotros nunca hemos tenido un animal que haya dado positivo en la brucelosis, y eso nos da carta verde para sacar un producto óptimo», explica Santiago León, también presidente de la Asociación Caprinatura.Detrás del negocio están muy de cerca los dos hijos de Santiago, Israel (de 22 años) y Santiago (de 18 años y estudiante de Industrias Lácteas en Palencia), y su mujer, Rosi; todos convencidos de las posibilidades que ofrece el pueblo. «Desde la familia siempre se les ha inculcado (a los hijos) que hay que tener preparación y llevarla a cabo en su propia explotación. Es hacer cosas en casa y para casa», sentencia Santiago León Lucas.Con la explotación en marcha, el planteamiento fue «intentar sacar el máximo valor añadido y si es posible ponerle una marca», mantiene el titular, para quien sus sueños no ha tenido difícil elección en una tierra donde la cabaña de caprino ha sido abundante. Ahora son contados los ganaderos que se dedican a este sector (unos veinte en la zona); ¿la causa?, en gran medida es achacable al olvido de una tierra «que no se aprovecha de sus recursos naturales». Especialmente echa en falta Santiago León el aprovechamiento de la cabra; «la Administración hace tiempo que debería haber pensado en ella como desbrozadora natural, ella misma haría un control ecológico del matorral».Las miras están puestas en otros sectores, con más peso y tradición, así que los cabreros sobreviven como pueden o, quien va más allá, dan rienda a su imaginación. La de Santiago León le ha llevado a sacar el máximo valor añadido a su explotación a través de una fábrica de leche que no pretende ser más que la prolongación de la tradición quesera existente en la zona y que se remonta al alto medievo, como él mismo recuerda con exquisito detalle. Era cuando la cabra y sus productos se explotaban para diversas bondades. Las carnes para cecina y la leche como alimento primordial durante la niñez y, en muchos casos, como sustituta de la madre. De las pieles se sacaban los curtidos para los trabajos de carbonería, carpintería o fraguas; y también era muy aptas como pergaminos para los beatos. El queso hecho con cabrito —dicen las crónicas— era el pago en especie a los señores de la tierra, un reconocido manjar que se preparaba ahumado para proteger la corteza y dar mejor conservación y maduración. Esa solera es la que ha inspirado a la familia para elegir la marca de la quesería, “Beato de Tábara”.La tradición se prolonga en el negocio familiar de San Martín de Tábara y se quiere recuperar con las instalaciones más modernas e higiénicas, manteniendo una escrupulosa pureza «y añadiendo el mimo de las cosas hechas en casa y para casa». El rigor natural es algo obsesivo para los responsables del negocio artesano, por eso se piensa en un consumidor que tiene añoranza por los sabores tradicionales y diferentes, «porque los paladares nacen con la alimentación de casa y de la zona. Hay esa necesidad de recordar lo de antaño, ese es nuestro objetivo».Con tal planteamiento comenzó a gestarse hace tres años el proyecto de la fábrica, en el que se han invertido 30 millones de pesetas, con una subvención de seis millones del Leader II, que en la zona se gestiona a través de Adata. La industria —levantada sobre un solar y una superficie de 247 metros cuadrados útiles y 310 ocupados— comenzó a hacer las primeras pruebas en septiembre y a elaborar a mediados de octubre, después de que Israel y Rosi se formaran durante un mes con un maestro artesano, con el que hicieron diferentes pruebas y ensayos «hasta que se consiguió un producto que para nosotros era el ideal».De las trabas de la Administración a la obsesión por garantizar calidad El objetivo es ir transformando poco a poco la leche que produce el rebaño de cabras hasta llegar a la cota de los 18.000 kilos de queso curado en el plazo de dos o tres años. «No tenemos ningún interés en producir y sí en elaborar artesanalmente; el objetivo no es la cantidad sino la calidad». Una calidad para la que se ha puesto todo el esmero, pero el alcance de la misma aún es un misterio, que se desvelará cuando maduren las primeras producciones. Para ello está prevista una cata ciega que determinará «si estamos a la altura de lo que pretendemos; con lo mejor hacer lo mejor».La capacidad de elaboración es de unos 800 litros diarios, pero de momento se ha empezado con 200, porque lo primero es elaborar la producción propia «y si el mercado demanda más puede ser que aumentemos la cabaña, pero no compraremos leche porque controlar lo que uno tiene es la única manera de saber que estás trabajando con algo que permite garantías suficientes para conseguir un buen producto». La idea es abastecer inicialmente a tiendas especializadas y a restaurantes con aprecio y tradición de consumo de queso. «Empezaremos como mancha de aceite por Zamora, Valladolid, Salamanca y León, pero tenemos expectativas en gente de Barcelona y del País Vasco, que está interesada y ya ha visitado las instalaciones. Poco a poco iremos colocando el producto, que ha creado bastantes expectativas entre gentes relacionadas con el sector».Santiago León no se olvida de los «obstáculos casi insalvables» con los que se han encontrado en el camino, tantos que en algún momento llegaron a pensar que «en vez de hacer queso artesano parecía que pretendíamos crear una central nuclear. Si los legisladores se diesen cuenta de cómo se elabora el queso quedarían perplejos; no nos parecen mal la exigencias en sanidad e higiene, pero que nos dejen trabajar». En el laberinto de la Administración, este empresario alistano echa en falta el apoyo a las elaboraciones artesanas; una «asignatura pendiente» que, a juicio de Santiago León, merecería más atención porque «permiten recuperar viejas costumbres, ofreciendo un producto diferente y de calidad, y obtener un valor añadido a las explotaciones que a su vez fija población». La Administración —continúa la reflexión— «debería no sólo potenciar sino divulgar los productos naturales e informar al consumidor del proceso de elaboración, porque además cumplen la gran labor de proteger a las razas autóctonas, que son un patrimonio ganadero y social».La familia ha arriesgado, pero convencida de que «una inversión en la zona, con proyectos viables y con profesionales debe tener un futuro prometedor», siempre «que se dote de infraestructuras a la zona», matiza el responsable de la empresa familiar. El convencimiento del futuro en el medio rural empujó a la familia a embarcarse en la inversión, aunque consciente de las carencias del entorno. Las mismas que, según mantiene Santiago, se pueden dar en el emergente negocio del turismo rural, «inviable si no se hacen rutas, senderos, si no se cuidan riberas, si las administraciones no se implican». Porque «Aliste es un parque natural con un microclima que goza de todas las bendiciones para tener un futuro». El problema —continúa con la reflexión— son los tropezones, muchos históricos. «La gran reforma pendiente de Aliste es que cada Ayuntamiento es un latifundio, y había que pedirles responsabilidades por el deterioro y abandono de la tierra». Sin ir más lejos está el ejemplo de San Martín de Tábara, con 653 hectáreas de terrenos comunales que, «cuidadas y ordenadas, darían trabajo a diez o doce familias, y así no son mas que pasto de las llamas».En tal trampa no parece haber caído esta familia ganadera, ahora también artesana en un sector no especialmente mimado. «Sobre la cabra siempre se ha tenido la impresión de que ha sido un animal de pobre. De hecho la vaca pastaba en la pradera, la oveja en la ladera y la cabra en el monte», reflexiona Santiago León. Los experimentos y la propia tradición han dicho lo contrario. Lo mismo que ahora pretende demostrar este negocio artesano, santiguado con la referencia tan cercana como tradicional del “Beato de Tábara”.Un proceso lento y con mimo, sin marcha atrás El proceso de elaboración del queso comienza con un ordeño higiénico para después traspasar la leche a unos tanques refrigerados, que se mantienen a cuatro o cinco grados y posteriormente pasa a la cuba de cuajado. Se traspasa con mucho cuidado para que no rompa lo glóbulos grasos y así se evitan posibles olores a rancios o ácidos. El proceso de la cuba de elaboración es muy lento; la leche se mueve con unas palas mientras se efectúan análisis periódicos para controlar la acidez y a una temperatura idónea, entre 30 y 32 grados, se le añade el cuajo, a base del cuajar de cabrito y cordero que mantiene ese sabor natural. Una vez realizada la cuajada se corta con unas liras hasta conseguir un tamaño más o menos de grano de lenteja para permitir un buen desuerado y que se cree una pasta compacta y suave. A continuación se corta la cuajada y se elaboran moldes de quinientos gramos y un kilo. Se pasa después al prensado, muy lento y con muy poca presión para trasladarse más adelante a una cámara de oreado, donde esta entre cuatro y siete días. A partir de ahí pasa a la cámara definitiva de maduración, donde permanece entre sesenta y ochenta días, que es donde se va a desarrollar todo el proceso de fermentación. El producto no puede tener marcha atrás; los pasos son básicos. Recepción, elaboración, oreado, maduración y expedición.